Vincular la Transformación Económica con los Objetivos de Economía Circular
El caso de la industria de la indumentaria de África
Un enfoque proactivo es esencial para que los países africanos adopten los principios de economía circular en el sector de la indumentaria. Colette van der Ven explica por qué sin él, las oportunidades identificadas podrían no materializarse, corriendo el riesgo de frenar el progreso y que se pierdan las perspectivas de transformación económica.
Un Enfoque Integrado del Desarrollo Sostenible
La cuestión del desarrollo nunca ha sido tan compleja como lo es en la actualidad. Durante la mayor parte del siglo XX, el “desarrollo” era solo otro término para impulsar el crecimiento económico y la productividad en los países no industrializados. Sin embargo, ahora existe un consenso cada vez mayor sobre el hecho de que el desarrollo debe ir más allá del mero crecimiento y abordar también las consideraciones medioambientales y de inclusión social. Esto se ve reflejado sobre todo en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que abarcan aspiraciones económicas, sociales y ambientales para el 2030.
Para alcanzar el desarrollo sostenible, es fundamental mirar más allá de los ODS individuales e identificar cómo lograr la consecución simultánea de un subconjunto de dichos objetivos. Dado que no todos se alinean a la perfección, adoptar un enfoque integrado puede ayudar a identificar y abordar las posibles compensaciones al tiempo que se refuerzan las sinergias. Este artículo analiza cómo pueden alcanzarse los objetivos de industrialización sostenible e inclusiva (ODS 9) en el contexto de la industria de la confección de indumentaria en África mientras al mismo tiempo se abordan los objetivos de consumo y producción sostenibles (ODS 12).
Para alcanzar el desarrollo sostenible, es fundamental mirar más allá de los ODS individuales e identificar cómo lograr la consecución simultánea de un subconjunto de dichos objetivos.
Lograr la transformación económica de la industria de la indumentaria también es un objetivo clave de la Agenda 2063 de la Unión Africana y será crucial para impulsar el crecimiento en todo el continente africano. Será necesario pasar de un modelo de producción lineal a uno circular para mantenerse dentro de los límites planetarios y reducir la contaminación local producto de las prácticas de producción no sostenibles. Este cambio será cada vez más importante dado que la Unión Europea (UE), el principal mercado exportador de indumentaria de África, tiene previsto adoptar el Reglamento sobre Diseño Ecológico para Productos Sostenibles. Este reglamento impondrá requisitos estrictos de diseño ecológico y rendimiento a la indumentaria vendida en los mercados de la UE, además de exigir la inclusión de un pasaporte digital de productos.
La Urgencia de la Transición Hacia una Industria Circular de la Indumentaria
Las ventas de indumentaria se han duplicado en los últimos 15 años, lo que refleja el crecimiento de una clase media mundial, el fenómeno de la “moda rápida” y el rápido aumento de la producción de fibras sintéticas. El actual sistema de producción textil y de la confección es mayormente lineal: recursos no renovables tales como el petróleo, los fertilizantes y los productos químicos se extraen y procesan para fabricar indumentaria, que luego es descartada, incinerada y acaba en vertederos. Este proceso ejerce una gran presión sobre los recursos naturales. La industria de la moda es el segundo mayor consumidor de agua y contribuye en hasta un 10% de las emisiones de carbono a nivel mundial —excediendo las emisiones combinadas de todos los vuelos internacionales y el transporte marítimo.
La transición hacia una industria circular de la indumentaria podría alivianar en gran medida el peso ambiental provocado por la industria. Puede fomentar un cambio en el comportamiento de los consumidores alejándose de la moda rápida y adoptando el uso de indumentaria más duradera y menor consumo. Además, puede disminuir la huella ambiental de dicha industria al utilizar recursos renovables en el proceso de producción, reduciendo el consumo de agua y electricidad y minimizando el uso de materiales vírgenes a través del reciclado, upcycling y la reutilización.
Oportunidades para África
Al contemplar no solo un menor impacto ambiental sino también los beneficios económicos y de desarrollo, África puede ganar mucho si persigue una industria textil y de confección circular. A este respecto, se destacan tres oportunidades:
Promover la Producción de Insumos Sostenibles
África produce casi el 6% del algodón mundial —la mayor parte del cual se exporta en bruto. Sin embargo, el algodón es también uno de los cultivos comerciales más intensivos, que requiere 20.000 litros de agua para producir 1 kilogramo de algodón, además de grandes cantidades de pesticidas y fertilizantes. Para hacer frente a esta situación, los países productores de África están trabajando para producir algodón más sostenible y con un menor consumo de recursos. En 2022, 900 000 agricultores africanos utilizaban el estándar Cotton Made in Africa. Dada la creciente demanda de indumentaria producida de manera sostenible, el algodón producido de forma regenerativa es muy requerido, lo que crea nuevas oportunidades para que los productores de algodón inviertan en la agricultura sostenible.
Al mismo tiempo, los Estados africanos pueden desarrollar sustitutos del algodón, como el cáñamo, que están probando países como Malawi, Sudáfrica y Zimbabue. Las empresas africanas también pueden explorar posibles sustitutos del algodón a partir de plantas que ya se cultivan en la región, como la piña, el bambú y el coco. Por ejemplo, se está utilizando la piña para desarrollar una fibra denominada Piñatex, las empresas están convirtiendo los residuos agrícolas en una fibra parecida al algodón llamada Agraloop y Texfad, establecida en Uganda, está produciendo productos textiles y artesanías utilizando fibra de plátano de alta calidad.
Los Gobiernos africanos podrían explorar la producción de algodón sostenible o desarrollar sustitutos del algodón para promover la integración vertical de la industria de la indumentaria.
La comercialización de estas nuevas fibras podría generar más valor agregado para las exportaciones de África y fomentar la integración de su sector de indumentaria. Cerca del 90% del algodón crudo del continente se exporta a Asia, donde se transforma en hilo o tela que posteriormente se transporta de vuelta a África. Los Gobiernos africanos podrían explorar la producción de algodón sostenible o desarrollar sustitutos del algodón para promover la integración vertical de la industria de la indumentaria.
Para que sean comercialmente viables, se requieren inversiones considerables para reducir los costos de desarrollo y hacer que estas nuevas fibras estén disponibles a mayor escala. Esto significa que si bien la actual experimentación con nuevas fibras es prometedora, los beneficios de utilizarlas como sustitutos del algodón probablemente se materialicen a largo plazo.
Proceso de Producción de Indumentaria Ecológica de África
Los países africanos se dedican principalmente a la fabricación de prendas de vestir, que es tanto la fase más intensiva en mano de obra como la de menor valor agregado, que comprende actividades de costura, corte y terminación. Esto presenta una oportunidad de explorar cómo la “ecologización” de la fabricación de indumentaria podría generar mayor valor agregado para África. De hecho, la ecologización del proceso de confección no solo mejoraría la sostenibilidad de la industria de la indumentaria de África sino también brindaría a los países africanos una ventaja competitiva en una industria que cambia rápidamente —especialmente debido a que los países asiáticos proveedores de prendas de vestir aún no han adoptado plenamente la producción circular.
Los países africanos pueden ecologizar el proceso de producción utilizando insumos renovables (energía limpia), abasteciéndose de productos textiles de nuevas materias primas sostenibles (algodón orgánico regenerativo), usando menos agua para la producción y menos productos químicos perjudiciales y empleando tecnologías innovadoras de reciclaje. Adoptar estas tecnologías puede brindar una ventaja competitiva al reducir los costos a largo plazo, abordando, simultáneamente, el impacto ambiental de la industria de la indumentaria.
Algunos países africanos ya están invirtiendo en prácticas ambientales sostenibles en la industria textil y de la confección. La mayor parte del crecimiento de las exportaciones de indumentaria de Ghana se ha visto impulsado por la adopción de prácticas respetuosas con el medio ambiente, facilitadas por el establecimiento de instalaciones de tratamiento de aguas residuales, la mejora de la calidad del aire y el uso de prácticas más sostenibles en la creación de telas. Ghana también está promoviendo las etiquetas ecológicas a través de la contratación pública.
El Parque Industrial de Hawassa de Etiopia es el primer parque textil con emisiones iguales a cero. Cuenta con instalaciones ecológicas que utilizan energías renovables (incluyendo instalaciones de vertido cero de líquido para tratar las aguas residuales) y ha implementado prácticas eficaces de gestión hídrica. Si bien este podría ser un modelo a seguir para el resto del continente, es fundamental garantizar que los costos de estas inversiones puedan recuperarse aplicando el principio de quien contamina paga y fijando un precio suficientemente alto para las aguas residuales. Aunque esto aumentaría el costo de producción para las empresas multinacionales de indumentaria que operan en Etiopía, también facilitaría el cumplimiento con el Reglamento sobre Diseño Ecológico para Productos Sostenibles, que, una vez adoptado, será necesario para para acceder al mercado de la UE.
Reutilizar los Residuos Textiles y de Confección
África es el mayor mercado del mundo de ropa usada, representando poco más del 30% de las importaciones. Esta indumentaria se destina principalmente a la reutilización local, y el resto acaba en vertederos y en flujos de residuos informales. Las preocupaciones por el impacto de la ropa de segunda mano en la industria textil africana ha llevado a algunos países africanos a contemplar la prohibición de las importaciones de estas prendas para proteger a la industria local.
Aunque la afluencia de ropa de segunda mano de baja calidad ha generado un rechazo considerable, también presenta una oportunidad desaprovechada para que el continente desarrolle nuevas industrias y genere empleo. Los países africanos, por ejemplo, podrían añadir valor a la ropa de segunda mano al reutilizarla en otros productos tales como mochilas y bolsos. De este modo, no solo se avanzaría en los objetivos de la economía circular sino también crearía puestos de trabajo y ayudaría a transformar la economía del continente. Si bien estas actividades son en su mayoría informales y las llevan a cabo pequeñas empresas o individuos, invertir en centros de recolección y clasificación e instalaciones de reciclaje para la reutilización de ropa de segunda mano podría tener un impacto transformador.
Otra forma de aprovechar la afluencia de ropa usada es reciclar los residuos para obtener fibras, junto con fibras vírgenes, para producir hilo. Algunas pequeñas empresas de África ya lo están haciendo. Por ejemplo, Sharabati Denim de Egipto utiliza prendas de posconsumo como materia prima reciclada para fabricar jeans nuevos, y Rewoven de Sudáfrica está en las primeras fases de desviar los residuos textiles producidos por los fabricantes de ropa de los vertederos y establecer instalaciones de reciclaje. Estos ejemplos sugieren que existe una base de competencias —aunque pequeña— que podría aprovecharse, así como competencias latentes que podrían ayudar a que las economías africanas se conviertan en pioneras en la producción de productos textiles reciclados, destinados al mercado nacional y de exportación. Sin embargo, estas competencias y empresas deben ampliarse considerablemente para tener un impacto transformador en las importaciones de ropa de segunda mano en África.
Para garantizar que la ropa sea transformada en productos o hilos nuevos genere valor económico para África, es importante invertir no solo en instalaciones de clasificación sino también en el desarrollo, acceso y/o transferencia de la tecnología de reciclaje necesaria. Los países africanos podrían colaborar para desarrollar centros ecológicos o instalaciones de producción regionales, aprovechando las oportunidades de acceso al mercado creadas por la Zona de Libre Comercio Continental Africana. Pueden hacerlo reduciendo las medidas arancelarias y los obstáculos no arancelarios para la ropa de segunda mano, o los hilos reciclados, y estimular el desarrollo de mercados más grandes. Además, el Protocolo de Inversiones del acuerdo podría estimular la inversión intra-africana, incluidas las importantes instalaciones para desarrollar una industria textil y de confección circular, mientras que los protocolos de propiedad intelectual y comercio electrónico podrían facilitar la adopción de tecnologías digitales pertinentes.
En síntesis, si bien hay una posibilidad que los países africanos deberían explorar, transformar el desafío de la ropa de segunda mano en una oportunidad económica no será fácil.
La Importancia de Adoptar un Enfoque Proactivo
En última instancia, las oportunidades identificadas en el presente artículo solo pueden materializarse si los países africanos adoptan un enfoque proactivo para vincular los principios de la economía circular con sus objetivos de transformación económica en el sector de la indumentaria —algo de lo que hoy se carece en gran medida. Esto podría hacerse como parte de una hoja de ruta de economía circular para la industria de la indumentaria o un plan de política industrial que integre los principios de la economía circular, enfocando la inversión en áreas de sinergias al tiempo que se abordan las compensaciones.
Si no se adopta un enfoque proactivo no solo se corre el riesgo de demorar la implementación de la transición circular en el sector textil y de la confección —fundamental para el ODS 12— sino también representa una oportunidad perdida para la transformación económica y la mejora industrial desde una perspectiva económica.
Colette van der Ven es fundadora y directora de TULIP Consulting con sede en Ginebra, que asesora a los países en desarrollo y organizaciones internacionales sobre cómo aprovechar los marcos jurídicos y políticos para promover el desarrollo sostenible.
Este artículo se basa en ideas desarrolladas originalmente en un libro blanco presentado en un taller sobre comercio y economía circular, organizado por el Proyecto Remaking the Global Trading System for a Sustainable Future (Sicilia, mayo de 2023).
You might also be interested in
Agreement on Climate Change, Trade and Sustainability: A landmark pact for trade and sustainability
The ACCTS pact, signed by Costa Rica, Iceland, New Zealand, and Switzerland, aligns trade and environmental policies, tackling fossil fuel subsidies, eco-labels, and green trade.
Addressing Carbon Leakage: A toolkit
As countries adopt ambitious climate policies, this toolkit examines strategies to prevent carbon leakage—when production and emissions shift to nations with weaker climate policies—and explores the trade-offs of each approach.
Trade and Sustainability Review del IISD, Diciembre de 2024
Esta edición de la publicación Trade and Sustainability Review del IISD presenta cuatro perspectivas de expertos sobre cómo las ayudas y subvenciones agrícolas pueden promover la sostenibilidad en los países en desarrollo y menos adelantados.
Why Trade Matters in the Plastic–Pollution Treaty Negotiations
The global push to end plastic pollution by 2040 highlights the critical intersection of trade and environmental action, with upcoming INC-5 negotiations focusing on reducing plastic production, consumption, and waste within a fair and effective international framework.